¿Qué ruido es ese? ¿Qué está sonando? Silencioooo. Es muy temprano, quiero dormirrrr. ¡Uf! ¡Qué frío hace! No me quiero levantar. Un ratito más, unos minutos más. ¿Y si no voy al gimnasio hoy? No pasa nada, solo por hoy. Tal vez mañana haga menos frío. ¡No, debo ir! Ayer no fui, hay que ser disciplinado; de lo contrario, estoy perdiendo mi tiempo. Mejor me levanto, se me va a hacer tarde.
Qué horrible clima.
—Alexa, enciende dormitorio.
Ya está mejor. ¿Dónde dejé mis tenis? Primero lo primero: al baño. Mmm, qué rico es vaciar la vejiga tan temprano. Está fría el agua, sirve para despejarme la mente. No puedo salir sin lavarme la cara, así que una respiración profunda y… ¡Aaah! Bueno, ya está. Tampoco voy a enamorar a nadie. No tiene caso mojar mi cabello, solo una pasada ligera de cepillo y ahora sí… ¡En la sala! Mis tenis están ahí desde hace dos días, olvidé ese detalle.
Bueno, vamos a terminar de vestirnos. Qué hueva. ¡Ánimo! Es por tu bien; pronto verás los cambios. Agua directa del garrafón. No llevaré agua fría, no estoy loco. ¿Dónde está mi termo? Ah, ya, en la tarja. Bueno, con una enjuagada es suficiente; total, es agua lo que lleva. Ya: agua, toalla para limpiar las máquinas… Algo me falta, carajo. Siempre olvido algo. Repaso de nuevo: tenis, calcetas, short, camiseta, guantes… ¡Eso, guantes! Pero no hay limpios. Bueno, estos solo tienen una puesta; no apestan. Está bien, por la tarde lavo todos los demás.
Ahora sí, vamos. Pinche llave, nunca está cuando la necesito. No es posible que siempre se me pierda. ¡Chinga! Si la tengo en la mano. Creo que no he terminado de despertar. Estoy apendejado todavía.
Muy poca gente, mejor. Así termino temprano. Esta máquina siempre tarda en reconocer mis huellas. Vamos, diez minutos de calentamiento en la elíptica. Qué aburrido. Bueno, busquemos una máquina frente al televisor, para ver los promocionales al menos mientras llega más gente… No, está bien así. Menos gente es más cómodo, más rápido. Sí llego a tiempo a clase hoy. Me toca con el ingeniero, está loco… pero es buena gente.
Esa chica de ahí… ¿a qué viene? Desde que llegó está revisando su celular. No sabe que eso solo le hace daño a la vista y al cerebro. Más gente. No es posible, ya no vengan, por favor. Ojalá que no ocupen mis máquinas. ¡Nooo! Sigue de largo, sigue… perfecto. Sí me caes bien. Listo, diez minutos. Ahora a darle a las máquinas. Hoy pierna. Eso duele. Ni modo, a empezar. ¿Cuál máquina? Veamos: extensión de pierna, los cuádriceps, 50 de peso. Ahí vamos.
¿Dónde dejaron el desinfectante? Esa gente descuidada que no tiene el cuidado de dejar las cosas en su lugar. Aquí está, al menos. Vamos. Ya… uno, dos, tres, cuatro, cinco… diez, ooonce, doooce… Ya, solo es cuestión de práctica para llegar a quince. Vamos, un minuto de descanso, solo eso. En fin… ya de nuevo. ¡Qué rápido! Uno, dos… nueeeeve, dieeeez. Creo que no doy para otro. Bueno, a darle. ¿Qué sigue? Leg curl. ¿A quién se le ocurre darle nombre en inglés a los ejercicios? Éste bien se llamaría pierna culo. Ni modo, a lucir el trasero: empinado, pero cerrado. Sesenta kilos. Un poco más y llego a los cien. A darle: uno… dos… No mires mi culo. Es solo mío, no lo estoy vendiendo. Sigue tu camino. No te voy a dejar la máquina; estoy iniciando. No me veas… treceee. Uf, al menos rebasé los doce. Qué rápido pasa el minuto de descanso.
Ya hay más gente. ¿Será que no tienen trabajo? ¿Por qué vienen cuando yo estoy? Debería haber un gimnasio que no tenga gente. De nuevo: uno, dos, tres… Ya, listo. Se siente rico el dolor, la verdad. Seguimos con las nalgas, cuádriceps y mellizos. Está libre la Hack. Qué bueno. Ahí son 20 la carga. En un par de veces más le subo a 25. Esta máquina me gusta; no duele. Uno… dos… tres… catorce, quince… Ufff. ¿Por qué me dio trabajo hoy? La semana pasada se fue suavecito. En fin, vamos de nuevo: uno… dos… tres… trece, caatooooorceee… No puedo, hasta aquí.
Deja de mirarme; ya terminé. Tienes que esperar. Si no quieres esperar, llega temprano; no seas flojo. Ahora la prensa de 45. Ahí sí, miren todos: 110 kilos. Hace un año no ponía carga aquí. Ahora 110 kilos, para que vean que estoy trabajando. ¿Qué suena? ¿Qué es ese ruido? ¿Dónde estoy? ¡Chingados! Estaba soñando. Me volví a dormir.
—¡Alexa, apagar!
¿Por qué está mojada mi sábana? ¡Nooo! ¿En qué momento me oriné? ¿Qué hora es? ¡Carajo! Ya no fui al gym, ya no llego a clase y, además, me oriné. Hoy no es mi día. A cambiar la sábana, a lavarme y mejor no salgo. Me quedo a seguir durmiendo.