Durante más de cuarenta años trabajé en el sector educativo, en diferentes responsabilidades y niveles, así que tuve poco tiempo para escribir; no obstante, publiqué algunos artículos de opinión en rotativo local, algunos textos académicos en una revista especializada y un capítulo en un libro que nos publicó la Universidad Pedagógica Nacional. Todo eso fue el principio de mi proceso de formación como escritor, que se formaliza e intensifica a partir de mi retiro.
Cuando al inicio de este año de pandemia me vi sin empleo, por un momento no supe qué hacer. El no tener que cumplir un horario, pendientes que atender, compromisos en la agenda, puede ser monstruoso.
Hace varios años, más de 10, me preparé para ese momento: tomé clases de pintura al óleo. Quería dedicar mi tiempo a pintar. Tal vez podría vender mis cuadros y con el dinero completar el gasto. Hasta que me enteré que los cuadros se venden mejor cuando son póstumos, salvo contadas excepciones. No soy de las contadas excepciones así que dedicarme a la pintura dejó de ser atractivo.
La decisión
Lo platiqué con mi esposa y su sugerencia fue muy sencilla y contundente: ¿Qué te gusta, sabes hacer y has hecho? Dedícate a escribir.
Es cierto, muchas veces comenté que me gustaría vivir de escribir. Alguna vez, muchos años atrás, conocí a una persona que se levantaba a las 4 de la mañana, leía los portales de noticias de internet, escribía un par de artículos, los enviaba a su agencia y algunos periódicos. A las 10 de la mañana estaba desayunando con su esposa, con el resto del día libre. Mi comentario, en aquel entonces fue que me gustaría vivir así. Bueno, pues era mi oportunidad.
Claro que con el paso del tiempo yo había cambiado mucho, así que, en lugar de escribir artículos de opinión para la prensa, decidí escribir novelas.
Cómo escribir lo aprendí en la educación básica, tengo una computadora que sé usar más o menos bien, en casa tengo el lugar adecuado para sentarme a trabajar en mi proyecto. ¿Qué me podría hacer falta?
El principio
Me sumergí en internet buscando información sobre cómo escribir novelas. Primero en Youtube, viendo videos que escritores experimentados hacen para compartir sus experiencias, luego blogs para escritores. Encontré cosas que ni sospechaba, como escaleta, escenas, trama, hilo narrativo, sin contar que la RAE ha cambiado algunas reglas que estoy dominando con cierto esfuerzo.
En fin, que tenía mucho que aprender, no era tan fácil como pelar mandarinas.
Busqué literatura que ayudara a escribir novelas. Compré un libro sobre redacción y otro sobre escritura creativa, pero cuando empecé a sentir que ya estaba perdido en el mundo de la escritura escuché el audio libro “Mientras Escribo”, de Stephen King; al terminarlo tomé “El Viaje del Héroe”, de Joseph Campbell. Hay muchos libros muy buenos que ayudan en la formación de quien pretende aprender el oficio de escribir. En una entrada más adelante pondré una relación de los que me han ayudado más.
Así me fui sumergiendo en un mundo nuevo, en el que me encuentro con sorpresas placenteras cada día.
Para convertirme en escritor
Mi primera inquietud fue escoger el tema de la novela. Como es natural, acudí a mi experiencia y decidí escribir sobre la época en que en México se empezó a impulsar el constructivismo en la docencia, que coincidió con la caída del muro de Berlín. La historia de un maestro y sus conflictos internos y familiares.
Al mismo tiempo encontré software de distribución gratuita, especial para escritores. Lo bajé y empecé a probarlo. Quedé totalmente satisfecho con lo que puedo hacer con ese programa. Si estás interesado en conocerlo se llama Bibisco y puedes encontrarlo aquí.
Buscando más información entré al canal de Jenifer Moraz en Discord, donde uno de los participantes comentó sobre los cursos que imparte Diana Morales. Al leer esa información visité la página mencionada y encontré que en unos días más iniciaría un curso de novela policíaca.
Era imperativo fortalecer mi proceso de convertirme en escritor, así que sin pensarlo mucho me inscribí, pospuse para quién sabe cuándo mi primera idea, la del maestro y sus conflictos internos, y empecé a trabajar en una novela de un género que no había considerado.
Escribir novelas policiacas no había sido opción, porque no tenía idea de cómo organizar las ideas, la investigación, el crimen, qué elementos considerar y todo lo que conlleva.
Así empecé la novela que estoy escribiendo ahora, de la que ya llevo varios capítulos, guiado por una excelente escritora española, especializada en novela cozy, me refiero a Ana Bolox.
El curso
Al inicio del curso tuve que definir en qué subgénero se ubicaría mi novela; fue así que aprendí que la novela policiaca tiene varios subgéneros. Parece que la mía corresponde a un Thriller policíaco, esperemos que termine así.
Una vez clasificado mi proyecto empecé a trabajar en el escenario del crimen, el motivo del asesino, el medio para cometer el asesinato, un perfil del detective y algunas ideas más. Todas ideas generales, que había que detallar más.
Así sucedió con los personajes, el protagonista, el criminal, los demás personajes principales y secundarios.
Eso fue más sencillo con la ayuda del software que utilizaba, pues te ayuda a crear tus personajes y lo hace todo mucho más sencillo. También hay mucha información y algunas plantillas en internet. Varios escritores han compartido sus experiencias y eso es muy útil para los que empezamos en esto.
Tuve que trabajar con las pistas y la escaleta después. Al terminar esas partes ya tenía unos capítulos escritos y revisados.
Convirtiéndome en escritor profesional
Así empecé a escribir la primera novela y fortalecer mi proceso de convertirme en escritor; para el principio del otoño del sorprendente 2020 estoy por la mitad del primer borrador, consciente de que me falta mucho, pues tengo que dejarla reposar uno meses, luego corregirla de nuevo, buscar mis lectores cero, nuevas correcciones, correctores profesionales, dictamen, decidir si la envío a una editorial o la publico yo.
Es un proceso que me va a llevar un año más, aproximadamente, pero estoy muy entusiasmado. Estoy aprendiendo mucho mientras disfruto mi nueva vida. Estoy generando nuevas rutinas, como despertar muy temprano por la madrugada para escribir. Siempre me ha gustado dormir, lo más que pueda; sin embargo, ahora despierto a las 5 para hacer ejercicio, tomar un baño y escribir.
Muchos exitos. El tamaño del esfuerzo, quieras o no, te traerá satisfacción y realización personal.
Muchas gracias Daniel. Es correcto lo que dices, la satisfacción personal inicia desde que se disfruta lo que hacemos.
Me encanta ver cómo progresas (y no sólo en la novela). Con tu entusiasmo, irás avanzando y un día te encontrarás en un lugar con el que en el pasado te habría costado soñar.
Mucho ánimo, Fausto. Lo estás haciendo muy bien en todas las facetas 🙂
Muchas gracias Ana, tus palabras son muy alentadoras.Te agradezco mucho todo tu apoyo.